“The walking dead”, una de las ficciones más exitosas
de los últimos tiempos, se ha convertido también en una de las que más
polémica ha generado. En mi opinión, todas las críticas que recibe la serie se
debe al no entendimiento de ella.
La serie cuenta la historia de un grupo de
supervivientes que se enfrenta a las devastadoras consecuencias de una
apocalipsis zombie; pero no está centrada en los zombies, sino en las personas.
La deshumanización es el eje central. A lo largo de las cuatro temporadas hemos
sido testigo de las debilidades del hombre, de sus miedos y de sus
frustraciones. Se narra como este apocalíptico mundo peligroso y violento
cambia a las personas completamente. Se producen dilemas morales: si sobrevivir
a toda costa aunque eso conlleve hacer las cosas más desagradables y detestables
del mundo, o si seguir conservando una moral digna y seguir siendo una buena
persona. Ese es el trasfondo psicológico de la serie, donde se suceden una
serie de situaciones extremas que dan lugar a determinadas reacciones de la
psique humana.
Y
esto lo confirmó la última tanda de capítulos, donde tras un enfrentamiento en
la prisión, el grupo protagonista acaba separado en varios subgrupos; los
cuales comienzan un viaje con el objetivo de volver a encontrar un lugar seguro
donde refugiarse. De esta manera, los personajes abandonan la seguridad y la
paz que les otorgaba hasta entonces la prisión, para adentrarse en un viaje
personal donde volver a encontrarse a si mismos.
Mucha
gente no ha entendido ese viaje que nos ha servido para darnos cuenta que
Michonne y Daryl no confían en la gente; que Carol es capaz de asumir el
tormento de sus actos por el bien común del grupo; que el amor de Glenn y
Maggie es real y sincero; etc. Todos los personajes han evolucionado, han
cambiado y ya no volverán a ser los mismos. Y el cambio más profundo lo vemos
en Rick, quien se confió en la prisión y creyó que estaba a salvo de los
zombies, desestimando la amenaza humana. Amenaza que comenzó con el
desequilibrado Gobernador, que continuó con el grupo de hombres que intentó
violar a Carl y que seguirá con los caníbales de Terminus. Y es este lugar el
que cerró la idea de que el verdadero enemigo del hombre es el hombre (y no los
zombies).
Dejando
a un lado los últimos capítulos, hemos asistido a una gran serie dramática con
escenas que no se borrarán tan fácilmente de nuestra memoria. Todos recordamos
la escena del tanque y Rick en el primer capítulo; el ataque zombie al
campamento; la reaparición de la pequeña Sophia en el granero; el parto de Lori
en el ataque a la prisión; el final de la ciudad de Woodbury; o muertes como la
del Gobernador, Hershell o Andrea.
Además
de las muertes, la serie cuenta con otro puntos fuertes. La ambientación es
bastante realista y cuenta con unos efectos especiales muy trabajados. Los
personajes están muy bien definidos (sobre todo ahora) y sus actuaciones
convencen.
Quien
aún no la haya visto y esté dispuesto a verla, que se mentalice para lo que se
le viene encima: una gran serie de suspense con una fuerte carga emocional que
no defrauda y que hace que nos importen los personajes y que nos importe lo que
les ocurre.
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