sábado, 4 de octubre de 2014

The Walking Dead

“The walking dead”, una de las ficciones más exitosas de los últimos tiempos, se ha convertido también en una de las que más polémica ha generado. En mi opinión, todas las críticas que recibe la serie se debe al no entendimiento de ella.

La serie cuenta la historia de un grupo de supervivientes que se enfrenta a las devastadoras consecuencias de una apocalipsis zombie; pero no está centrada en los zombies, sino en las personas. La deshumanización es el eje central. A lo largo de las cuatro temporadas hemos sido testigo de las debilidades del hombre, de sus miedos y de sus frustraciones. Se narra como este apocalíptico mundo peligroso y violento cambia a las personas completamente. Se producen dilemas morales: si sobrevivir a toda costa aunque eso conlleve hacer las cosas más desagradables y detestables del mundo, o si seguir conservando una moral digna y seguir siendo una buena persona. Ese es el trasfondo psicológico de la serie, donde se suceden una serie de situaciones extremas que dan lugar a determinadas reacciones de la psique humana.

Y esto lo confirmó la última tanda de capítulos, donde tras un enfrentamiento en la prisión, el grupo protagonista acaba separado en varios subgrupos; los cuales comienzan un viaje con el objetivo de volver a encontrar un lugar seguro donde refugiarse. De esta manera, los personajes abandonan la seguridad y la paz que les otorgaba hasta entonces la prisión, para adentrarse en un viaje personal donde volver a encontrarse a si mismos.



Mucha gente no ha entendido ese viaje que nos ha servido para darnos cuenta que Michonne y Daryl no confían en la gente; que Carol es capaz de asumir el tormento de sus actos por el bien común del grupo; que el amor de Glenn y Maggie es real y sincero; etc. Todos los personajes han evolucionado, han cambiado y ya no volverán a ser los mismos. Y el cambio más profundo lo vemos en Rick, quien se confió en la prisión y creyó que estaba a salvo de los zombies, desestimando la amenaza humana. Amenaza que comenzó con el desequilibrado Gobernador, que continuó con el grupo de hombres que intentó violar a Carl y que seguirá con los caníbales de Terminus. Y es este lugar el que cerró la idea de que el verdadero enemigo del hombre es el hombre (y no los zombies).

Dejando a un lado los últimos capítulos, hemos asistido a una gran serie dramática con escenas que no se borrarán tan fácilmente de nuestra memoria. Todos recordamos la escena del tanque y Rick en el primer capítulo; el ataque zombie al campamento; la reaparición de la pequeña Sophia en el granero; el parto de Lori en el ataque a la prisión; el final de la ciudad de Woodbury; o muertes como la del Gobernador, Hershell o Andrea.

Además de las muertes, la serie cuenta con otro puntos fuertes. La ambientación es bastante realista y cuenta con unos efectos especiales muy trabajados. Los personajes están muy bien definidos (sobre todo ahora) y sus actuaciones convencen.


Quien aún no la haya visto y esté dispuesto a verla, que se mentalice para lo que se le viene encima: una gran serie de suspense con una fuerte carga emocional que no defrauda y que hace que nos importen los personajes y que nos importe lo que les ocurre.


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