jueves, 15 de enero de 2015

QQCCMH: vuelve el surrealismo tróspido

El dating show más famoso de Cuatro regresó anoche a la parrilla televisiva y anotó un buen 13,7%. La ya cuarta edición de "¿Quién quiere casarse con mi hijo?" sorprendió de nuevo con su montaje y postproducción y con el trabajo de casting y presentación por parte de la maravillosa Luján Argüelles.

Un pijo rico con el peor peinado visto en televisión; un homosexual PPro, monárquico y simpatizante de Podemos; un cineasta muy freak; un modelo "heterosexual" y un "niño mayor" mimado de mamá son los nuevos solteros dispuestos a encontrar el amor siguiendo los consejos de sus queridas madres. Los cinco protagonistas de esta edición conocieron en el primer capítulo a sus respectivos pretendientes y pretendientas, entre las cuales tuvieron que hacer una criba y quedarse con aquellas más afines.


Una vez más, el protagonismo cayó en la brillante y excepcional edición. Las músicas que acompañan a las escenas, los efectos de sonido, las repeticiones de las frases de los participantes o el uso de la tipografía para ridiculizar aún más a los personajes convierten al montaje en una auténtica joya. Y digo ridiculizar aún más porque los personajes son ridículos ya de por sí y la edición únicamente lo acentúa. Ya llevamos cuatro ediciones y los participantes conocen perfectamente a lo que se exponen, así que no se a que vienen esas críticas por parte de los detractores del programa sobre como el dating tróspido ridiculiza a esta gente.

Hablando de estos detractores, me siento obligado a decir algo. Obviamente todos sabemos que "QQCCMH" no es uno de los mejores programas emitidos en televisión, pero se realiza con el propósito de entretener y regalar a los espectadores un rato tronchante que yo al menos agradezco. Todos somos conocedores que esa búsqueda de la novia ideal para esos solteros es una pantomima, una mera excusa para presentarnos ese descojonante rato del que hablaba, porque al fin y al cabo eso de que encuentren a su pareja no les importa ni a ellos ni a los que lo vemos. Y es que, sinceramente, yo creo que el verdadero propósito del programa y de su edición consiste, únicamente, en reírse de un casting muy bien hecho. Y nos importa dos narices si acaban con pareja o no. Nadie va a casarse con nadie y ni falta que hace.

Los encargados de ese casting realizan una labor notable. Son capaces de encontrar personajes suficientemente "especiales" para el programa, por no llamarles otra cosa. Personajes de los que nos reímos a más no poder y que al final de la edición acabamos queriendo y empatizando con ellos. ¿Quién no recuerda a Lety, Svetlana, Andrea y Mari Carmen de la pasada edición? Quizá aún no hayamos encontrado personajes destacados en esta edición, pero estoy seguro que muchos de ellos despuntarán y serán carne de reality en los próximos meses.

Por todo esto concluyo diciendo que este programa es totalmente adictivo y a mi parecer, de visionado obligatorio para aquellos que estudien audiovisuales.

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