sábado, 18 de junio de 2016

Wayward Pines ya no es lo mismo

"Wayward Pines" estaba pensada para una única temporada, aquella en la que nos llenaron de angustia, intriga y misterio. Uno de los giros de la trama reveló que la ciudad no estaba reclutando a los habitantes sino que los estaba salvaguardando como la única esperanza para el futuro de la humanidad. La ciudad era un búnker de criogénesis que luchaba por sobrevivir ante la amenaza de las bestias que vivían fuera de los muros de ella. Ethan Burke fue el personaje principal de la primera temporada y junto a él descubrimos la organización totalitaria de la comunidad y asistimos a una rebelión.

Fue una temporada decente para una serie aceptable. Sin ninguna sorpresa la serie se despidió anunciando su no renovación y meses más tarde se comunicó la futura emisión de una segunda tanda de episodios. Una que llegaba ya con desconfianza por mi parte, porque no entendía en que se iba a centrar esta temporada si todo se había cerrado en la anterior. 

Pues bien, tras la muerte de Burke la vida sigue su curso en Wayward Pines con los habitantes aislados y su hijo fuera de las fronteras de la ciudad. La comunidad ya ha empezado a estudiar el comportamiento y organismo de los "abbies". Parece que estas aberraciones de la naturaleza han evolucionado y ahora se muestran mucho más inteligentes. El joven Ben Burke no ha logrado sobrevivir a la brutalidad de estas criaturas. No entiendo la prematura muerte de este personaje porque considero que podría haber dado mucho más juego y en cambio parece que los guionistas no quieren perder el tiempo con tramas predecibles y personajes de la primera temporada y han decidido quitárselos de en medio. Lo mismo ocurrió con Kate. 

Han preferido introducir nuevos interrogantes y nuevos personajes que para mi han acabado por destruir la serie. El protagonista, el médico Theo Yedlin, carece de interés desde el momento en el que le despertaron para salvar la vida de la mujer del líder de la primera generación: Jason. Si con Ethan Burke descubríamos los misterios de la ciudad, parece que con Theo pretenden que nos cuestionemos el comportamiento y la misión de la comunidad. El resto de minutos los llenan de clichés genéricos de cómo se organiza una sociedad en una distopía postapocalíptica. Nada nuevo.


El regreso de la serie se enfrentaba a un problema: la ausencia de misterio. Ese era el manto que cubría la serie y por el que había gustado, y ahora con él se va buena parte del interés. Ya no consiguen descolocar al espectador, la historia no engancha, cae una y otra vez en el mismo círculo, no sabe avanzar sin la necesidad de repetir la misma fórmula. Auf Wiedersehen "Wayward Pines".

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