jueves, 16 de junio de 2016

Showrunners en estado puro

El campo de la producción televisiva es un terreno bastante vehemente y pasional en el que la competitividad se presenta al máximo exponente y "Unreal" es una de esas ficciones en las que se representan los niveles de dureza a los que se pueden llegar cuando desempeñas esa labor. En su segunda temporada, la serie sigue mostrando a Quinn y a Rachel manejando todo a su antojo para sacar adelante una nueva edición del programa "Everlasting". El dinero y la audiencia son los que mandan y estás dispuestas a hacer lo que haga falta para que los espectadores tengamos un buen espectáculo televisivo. 


"Unreal" se ha atrevido a poner como protagonista de la conquista a un soltero de color, algo inédito en el programa en el que se basa, "The Bachelor". Recordemos que el objetivo de este programa es que un soltero de oro elija a la mujer de su vida entre decenas de candidatas. Si en la anterior temporada tuvieron conflictos con las drogas, dudas sobre la sexualidad, un suicidio delante de las cámaras e incluso una novia a la fuga, en esta nueva temporada las protagonistas Quinn y Rachel, ahora showrunner del programa, tienen que ser implacables y malas personas para conseguir no bajar el listón. 

La serie tampoco podía dejar que bajara su gran nivel y en la primera escena de la temporada nos encontramos con las productoras seduciendo a los ejecutivos con cocaína, alcohol y prostitutas. Una vez firmado el contrato para una nueva temporada, comienza la búsqueda de pretendientas, entre las que se encuentra una musulmana a la que venden como terrorista. No me digáis que la serie no pisa fuerte, eh. Con todo el casting preparado para el inicio de la grabación, la pareja Rachel-Quinn descubre que Chet ha vuelto para recuperar el programa que él creó y así comienza una guerra entre ellos por hacerse con el control de "Everlasting". Una guerra en la que no hay aliados y en la que tendrán que ceder a partes iguales si quieren que el programa cumpla con las fechas marcadas. 


Pero Rachel y Quinn no se van dejar pisar tan fácilmente y seguirán igual de manipuladoras y autodestructivas. A pesar de su maldad, son personajes de los que resulta imposible no enamorarse. Son perfectas. Sobre todo Rachel. Esa mujer emocionalmente desequilibrada y ebria de fama y poder. Su inestabilidad y sensibilidad es lo que hace que los espectadores veamos que detrás de ese monstruo despiadado se esconde una persona que siente como nosotros.

En definitiva, "Unreal" es digna de alabar. Hay escenas y diálogos para escandalizar y para enganchar al público. No existe nada que sobre, todo está aprovechado y llevado con buen ritmo. Muchos son los que dicen que la ficciones meta-televisivas no agradan al público, pero yo creo que no hay serie mas estimulante que esta, con dos guionistas denunciado la bazofia que se hace de vez en cuando en el mismo medio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario