Y lo extraño es que a mi me haya gustado. La serie de terror de Guillermo del Toro llegó a la parrilla de Cuatro hace unas semanas y la idea de la que partía la trama me atrajo tanto que no dudé en ver el primer capítulo. Pero ese piloto que me sorprendió por sus primeros minutos, acabó desencantándome en su tramo final. Semanas más tarde he decidido retomar la serie donde la abandoné, y cuál ha sido mi sorpresa cuándo me he enganchado a una trama con un ritmo e intriga ascendentes.
La historia comienza cuando el avión Boeing 777 de la aerolínea ficticia de Regis Air Internacional aterriza en el Aeropuerto Internacional JFK en Nueva York procedente de Berlín. Lo extraño es que tras el aterrizaje, los encargados descubren que su interior está lleno de cadáveres pálidos. El Dr.Goodweather del Centro de Control de Enfermedades investiga lo que a primera vista parece ser un virus que causó la muerte a todos sus pasajeros. Pero el doctor se dará cuenta de que no todos están muertos y que algo extraño sucedió durante el vuelo. A medida que la investigación continúa, un viejo prestamista se pone en contacto con el doctor y le insinúa que el virus del que hablan es una plaga de vampiros, desatada al ser liberado "el amo" del extraño ataúd lleno de tierra que viajaba en el compartimento de equipaje.
Tras el final del capítulo piloto pensé que se trataba de otra serie B, pero con el paso de los capítulos puedo hablar hasta de calidad cinematográfica. A pesar de tener fallos en el guion, el resto de apartados están a un nivel muy alto: maquillaje, efectos especiales, ambientación, banda sonora... Quizá algunas de las actuaciones no sean muy lúcidas, pero en general hay buenos personajes y bastante variados. Los vampiros no son los típicos y los ya vistos; son distintos y sus víctimas cuánto más cerca, mejor.
Con esto y a medida que ha ido avanzando la historia, he cambiado de opinión, aumentando el interés por la complejidad y profundidad que comienzan a darle a la trama. Era necesario darle tiempo. El desarrollo es pausado pero eficaz, con muy buenos momentos de tensión. Una tensión que hace que necesites más y más en cada capítulo, porque la historia que comienza con el problema del avión, va creciendo hasta convertirse en una trama apocalíptica. Vemos como la ciudad de Nueva York va, poco a poco, derrumbándose y llegando al borde del colapso. El caos acaba gobernándola. Esa evolución y los giros de cada episodio son los que me han hecho cambiar de idea y seguir dándole la oportunidad. Recomiendo verla.
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