jueves, 13 de noviembre de 2014

REC 4: No pares de grabar


"REC 4: Apocalipsis" me sorprendió. Si bien se aleja del terror y la tensión de la primera entrega, el filme se centró más en demostrarnos los buenos efectos especiales que también nosotros sabemos hacer y en dar una explicación más que razonable al "virus" que nos ha hecho saltar del asiento a lo largo de las cuatro entregas.

REC, la primera parte, fascinó a todos los seguidores del género de terror. La tensión y el desconcierto eran palpables a lo largo de toda la película, que contaba con una historia sorprendente en cuanto a su modo de transmisión: a través de la cámara de una reportera de televisión. La acción principal se situaba en un edificio de Barcelona al que acudía un grupo de bomberos (con los cuales se encontraba la protagonista Ángela Vidal, que grababa un reportaje al puro estilo de Callejeros) con el propósito de averiguar que pasaba dentro del inmueble. La secuela fue bastante pobre, pues únicamente buscaba repetir el éxito de la primera ofreciendo los mismos ingredientes. Y llego la emotiva tercer parte, con la acción centrada en una boda. Sinceramente, me sorprendió bastante y me llegó a gustar tanto como la primera. Y es que el punto fuerte de la tercera fue el jugar con los sentimientos: mostrar un ambiente familiar, con personajes que todo el mundo se siente identificado y meterte en su piel. Se me hizo amena y fascinante, aunque no cumplió con su propósito aterrador. 

Y así me dispuse a ver la cuarta entrega, anunciada como el cierre de la saga, aunque una vez visto el final no me sorprendería ver una quinta en unos años. La película comienza donde acaba la segunda, con una Ángela siendo rescatada del edificio en el que se extendió el "virus". Tiempo después, se despierta desorientada en un barco en mitad del océano. Poco a poco vamos descubriendo que ese barco está en cuarentena, y que en él viajan los supervivientes del edificio (Ángela junto a los dos agentes que le rescataron) y también una anciana que salió con vida de la boda de la tercera entrega. Junto a ellos viajan un grupo de militares dispuestos a salvar a la humanidad si los científicos que viajan en el barco fracasan en su investigación de la infección  demoníaca, la cual llevan a cabo en un laboratorio oculto en el barco. Como era de esperar, algo va mal y de nuevo comienza a extenderse el "virus" en un lugar claustrofóbico del que difícilmente se pueden escapar.

Los fallos de la película son muchos. No se logra empatizar ni con los personajes ni con la atmósfera. Se da una situación mucho menos real en un escenario menos terrorífico, al menos desde mi punto de vista. Los personajes se presentan de forma rápida y sus interpretaciones son forzadas y no aportan credibilidad. Vuelven a mostrar el mismo desarrollo del contagio pero a través de los largos pasillos del navío, lo que hace que la película resulte en cierto modo repetitiva y asfixiante. Y como ya vimos en la tercera parte, se alejan más del terror para introducirse en un ambiente de misterio y tensión. Y por último y lo que más me ha fallado es la ausencia de la esencia de REC: el hecho de que toda la historia se cuenta a través de una cámara. En esta última entrega las grabaciones y los vídeos juegan un papel importante, pero no logran lo que consiguieron con las primeras; convertir al espectador en el protagonista de la cinta, sufrir con ellos y mostrar lo que los protagonistas van viendo a cada momento.

Los puntos buenos se concentran en los efectos especiales, que son sobresalientes, en el excepcional maquillaje y en el hecho de haber grabado en un barco real y no es un triste y cutre decorado. Y se agradece el ritmo, el rápido movimiento, los muchos disparos y los movimientos de cámara. El tramo final con su giro de guion es totalmente inesperado, pues te pasas toda la cinta esperando que se enteren de lo ocurrido al final de la segunda entrega, y resulta que todo había cambiado y de una forma lógica y convincente (me sorprendió bastante no percatarme de ello y no verlo venir). 

Pero lo que más me ha entusiasmado ha sido el intento de darle una explicación al origen y desarrollo del "virus", cosa que por mi parte, han conseguido. Aviso, spoiler de toda la saga REC: El "virus", a quién comparan con el diablo y se muestra en forma de parásito, se mete en el cuerpo de un huésped y lo vuelve inmune. Así, el parásito comienza dentro del cuerpo de la niña que vive en el edificio de la primera entrega. La niña muerde a su perro y el perro a su vez al veterinario, que es uno de los invitados de la boda de la tercera entrega y así da comienzo la infección en esta. En la segunda entrega, la niña expulsa el parásito y la introduce en el cuerpo de la reportera Ángela, convirtiéndola en la nueva huésped. Cuando es rescatada al final, el parásito vuelve a cambiar de cuerpo y se introduce en el agente que rescata a Ángela del edificio y que en esta última entrega viaja junto a ella en el barco. Y así ya tenemos de nuevo el "virus" en rápido contagio por el navío. Al final de REC4 y con la explosión del barco, el parásito queda expulsado y vagando por el mar, pero una barracuda se lo traga, dando opción a la posible continuación de la saga. Fin del spoiler.

En general, la saga me ha dejado muy buen sabor de boca. Me quedo con los momentazos que nos ha dado y con una de las frases que ya han pasado a la historia del cine español: Pablo, ¡grábalo todo por tu puta madre!


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