miércoles, 24 de septiembre de 2014

Yo pertenezco al LABERINTO

"El corredor del laberinto", el inicio de la nueva saga juvenil que sigue los pasos de "Los Juegos del Hambre" o "Divergente", se estrenó en la cartelera como uno de los filmes más esperados del año y dentro del abarrotado campo de novelas juveniles, el arranque sobresale.

La historia comienza cuando Thomas despierta sin recuerdos en el interior de una caja que le conduce a El Claro, un espacio abierto rodeado por muros gigantescos y habitado por un grupo de 50 jóvenes, todos hombres. Todos desconocen como han llegado allí. De lo único que están seguros es de que deben encontrar la salida a un laberinto cambiante y lleno de extrañas criaturas. La actitud de Thomas frente a esta situación y la llegada en la caja de una chica cambiará de forma radical la rutina del lugar. Thomas deberá descubrir los sombríos secretos guardados en su mente y descifrar el laberinto. Correr será la clave, o morirán.

El largometraje comienza con un ritmo frenético. La tensión es palpable desde el minuto uno y se va creando cierta atmosfera de confusión. La acción comienza sin ningún tipo de explicación hacia los espectadores, lo que hace que el público empatice con el protagonista.


Lo cierto es que difiere mucho del libro, pero no debemos olvidar que se trata de una adaptación cinematográfica. Se profundiza en personajes que tienen poco peso en los libros y se olvidan de otros como Teresa o Fritanga. Se echa de menos la telequinesia de los protagonistas, el patrón de letras de los planos que formas las palabras llave o los diferentes juicios y entrenamientos de Thomas. Aún así, la vuelta de tuerca a la noche en la que los laceradores atacan el Claro, con su elevado número de fallecidos; la resolución del laberinto con la clave numérica; o la noche en la que Thomas y Minho salvan a Alby dentro del laberinto, hacen que el espectador viva el filme vehementemente.

El director ha sabido como mantener pegado al espectador hasta el final, descubriendo a cuentagotas los secretos del Claro, el Laberinto y todo lo que se esconde tras ellos. Se agradece el hecho de no forzar la trama amorosa, al menos en esta primera entrega, y de no dar rodeos a la trama principal, haciendo que se desarrolle correctamente y que llegue a un climax emocionante.

En su conjunto, la calidad de imagen y de sonido y los efectos especiales son destacables, a pesar de que algunas secuencias de acción tengan demasiados movimiento de cámara. La interpretación de los actores es excelente; consiguiendo que odies a Gally, que te pierdas como Thomas, o cogiendo cariño al pequeño Chuck. El dramatismo aportado por las muertes de protagonistas también es notable.

Todo esto hace que el espectador se mantenga en vilo hasta el final, lo viva de forma intensa y experimente sensaciones de agobio, inquietud e intriga. La película convence adentrándote en un mundo que te dejará con muchas ganas de más, y sobre todo después de la bomba de relojería con la que finaliza. Esta primera parte sienta un buen precedente y despierta la curiosidad de la secuela.


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