Y
titulo así este post porque es lo que generan en mí, sonrisas. Se me hace
imposible escuchar a niños como Pablo, Alexia, Samuel o Triana y no reír. Su
desparpajo, sinvergonzonería y salidas provocan en mí emociones que otros
formatos no consiguen. Y eso que este es simple; cinco cuadrillas formadas por
cantantes, bailarines y niños con carisma que tienen que sorprender a un jurado
y mostrarles todo su talento.
Es
cierto que el programa de “mini-talentos” recuerda a otros como “La Voz Kids” o
“Tu sí que vales”, pero también tiene su estilo propio. No se trata de una
copia de ellos, puesto que “Pequeños Gigantes” lleva años triunfando en otros
países como Costa Risa, Ecuador o Perú. Es su cuidada realización, el presentador,
la existencia de equipos y el backstage lo que nos recuerda a la versión
infantil del programa de canto.
Jesús
Vázquez es un experto en la materia y su trato hacia los niños es intachable.
También es impecable la realización, con un montaje ameno y con una música que
incluso consigue tensarte en ciertos momentos. Los equipos de Lili, Lucas,
Marbelys, Adrián y Joaquín me recuerdan a los equipos capitaneados por Bisbal,
Malú y Rosario; pero ellos trabajaban y no solo dan la cara como parece ser el
caso en este programa. Estos padrinos esperan a sus apadrinados a la salida del
plató (que por cierto es el mismo que el de “La Voz”, aunque han hecho un
increíble esfuerzo para intentar que no se parezca) y en ese backstage se
reencuentran, lo mismo que ocurría con los familiares en “La Voz” tras las
audiciones a ciegas o en “Tu si que vales” con el Sevilla de los Mojinos
Escozios.
Los
puntos fuertes de este programa son, sin duda alguna, la realización en su
conjunto, el casting, los retos y los temas musicales de las actuaciones. Es de
agradecer ver como los niños interpretan Wrecking Ball, Impossible, Halo, Quién
o Dancing in the Rain de forma correcta. Los números de baile son de lo mejor,
pero que decir de ellos si los realizan campeones nacionales. Y en cuanto a los
talentitos, el reto de la botonera y sus respuestas o las preguntas que hacen a
los artistas invitados son para troncharse.
El
jurado es uno de los puntos débiles del concurso. Todavía no entiendo cuáles
son los criterios que aplican para puntuar ochos, nueves y dieces a todos,
cuando unas actuaciones son claramente superiores a otras. Está claro que no
quieren hundir a los pequeños, pero tampoco premiar algo que no lo merece y
aumentarles sus ilusiones. El problema puede que se encuentre en ellos; que no
tienen ni idea, contestan siempre con las mismas coletillas y parecen que no se
acaban de ubicar. Melody está sobreactuada como siempre, Jorge Cadaval utiliza
su gracia natural para esconder sus escasos argumentos y Angy, que se emociona
hasta con un aplauso. Pido desde aquí que para concursos de talentos contraten
a gente experta en la materia, pues no me parece ni medio normal que Jorge
Cadaval puntúe con un 8 a bailarines de campeonatos internacionales. El horario
de emisión tampoco es el acertado si se supone que es un programa infantil,
pero aquí ya entran los intereses de la cadena.
En definitiva, quien quiera pasar un rato divertido y entretenido, escuchar buena música, y sobre todo, ame a los niños, este es su programa.
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