"En El Príncipe todo acaba en agua salada: en lágrimas o en el fondo del mar". Esa era una de las frases que marcaron el comienzo de la serie revelación de estos últimos tres años y con la que se ha despedido la ficción. Después de dos temporadas con sus largos parones, la joya de la corona de Telecinco ha conocido su desenlace. Y lo ha hecho ante 5.213.000 millones de espectadores y un 29,2% de share.
La recta final de ocho capítulos ha estado a la altura. Se han ido cerrando poco a poco las tramas y hemos ido despidiendo a los personajes que nos sobraban en el final, porque todos sabíamos que el corazón de la serie estaba en los personajes de Morey, Fátima, Fran y Khaled. De esta manera, perdíamos de vista a la a veces molesta familia de Fátima tras el incendio que tuvo lugar en uno de los escenarios característicos de la serie. En estos capítulos hemos visto algunas de las secuencias más impactantes de toda la serie y tramas muy arriesgadas como la filtración de información del CNI, el reclutamiento de jóvenes que acaban inmolándose, el asalto a la comisaría de terroristas con kalashikov...
En fin, una recta final en la que hemos podido ver lo que gustaba de la serie: la mezcla de lo ácido con lo dulce. Lo ácido por el barrio y sus problemas de delincuencia, narcotráfico y yihadismo; y lo dulce por la historia de amor entre Morey y Fátima. Porque con "El Príncipe" productora y cadena han sido atrevidas. Nos han narrado y enganchado a una trama delicada y cercana, una historia que nadie parecía querer ver. La historia de agentes del CNI. La de la lucha contra el terrorismo. La de los jóvenes sin recursos que son pasto de los integristas. En Plano a Plano lo tenían claro: si se trataba el tema, se haría hasta el final y con todas las consecuencias que pueda traer.
Y lo ha hecho con una factura técnica envidiable en la que no cabe duda del buen trabajo que hay detrás. No hay más que ver los making of que emiten después de cada capítulo, que a mi personalmente me gustaban incluso más que la propia serie. Deberían hacerlo más a menudo para que el público conozca de verdad el trabajo que hay detrás y que muy pocas veces se reconoce. La fotografía tenía una calidad superior al resto de series nacionales y los efectos estaban muy logrados.
Han sabido como llevar el ritmo a la perfección, siempre con finales de capítulos en todo lo alto y comienzos potentes que te seducían y te llevan hasta el final. Ha jugado de forma sobresaliente con los giros argumentales, no alargando las tramas hasta la saciedad y siempre introduciendo más de un revés en la historia. El espectador sabía que todo lo que estaba viendo podía darse la vuelta en cualquier momento.
Que como toda serie también ha tenido sus fallos, como la postproducción de audio y personajes que mejor se los hubiesen ahorrado (como los de Nerea Barros y Jesús Castro, que más mal no lo podían hacer). El elenco protagonista, en general, ha estado sobresaliente excepto en algunas escenas que se les notaba sobreactuados. Pero se les perdona por regalarnos secuencias como las que hemos vivido en estos últimos capítulos.
Muchos esperaban que "El Príncipe" iban a terminar con la pareja protagonista comiendo perdices. Si uno es inteligente sabe de sobra que ese no podía ser el desenlace de la serie. Morey y Fátima no monopolizaban la historia. Quiero decir, su relación amorosa no ha sido el centro de la trama, quedando en muchas ocasiones en un segundo o incluso tercer plano. Los guionistas han jugado a la perfección con esta baza, llevándola hasta el último minuto, implicando en ella a todos los personajes, enganchando al espectador, mezclando amor y thriller... acabando con un final trágico como el que hemos tenido.
Khaled estaba sentenciado a muerte. Y sólo nos quedaba por conocer quien de los dos iba a acompañarle, y la elegida ha sido Fátima en una escena que ha pecado de poco romanticismo, que quieres que te diga. Quizá me hubiera ahorrado la muerte de Fran porque sinceramente, ya eran muchas y esta era algo innecesaria. Pero sólo por ver lo buen actor que es José Coronado y esa sonrisa final al matar a Khaled ha merecido la pena.
En fin, que me ha parecido un final correcto y coherente con la trama que nos ha tenido enganchados a tantos. Un desenlace a la altura de una historia con entidad propia que ha sabido como ganarse un hueco en la ficción española. "El Príncipe" ha sido un ejemplo de como se puede arrasar y mantener el espectador en tensión hasta el último momento, manteniendo siempre su esencia. Y algo más importante aún: ha demostrado que una buena serie puede terminarse en todo lo alto sin alargarla en exceso y sin esperar a que muera.
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