Cuando uno sabe que Bambú estrena nueva serie se pone a verla sabiendo que va asistir a algo excepcional. Y eso se debe a que la productora ha regalado a la ficción patria grandes joyas y por lo tanto, se le exige demasiado. No sé si será porque tenía muchas expectativas puestas en ella, pero me ha faltado algo en la nueva serie de Antena 3.
"La embajada" tiene como punto de partida la llegada de Claudia (Belén Rueda) a Bangkok para ayudar a instalarse a su marido Luis Salidas (Abel Folk), que es el nuevo embajador español en el país y que está dispuesto a acabar con toda la corrupción y las malas prácticas, lo que significará el comienzo del fin de su familia. Se prometía al espectador una ficción sobre temas tan actuales como la corrupción y la moral, y con lo que me he encontrado es con un culebrón ambientado en un escenario diplomático. A ver que no es que no me guste el salseo, pero una serie que podría haber sido oscura y retorcida por la trama política, se ha quedado en un intento de historia que se cuenta a través de las relaciones personales.
Si en el fondo la historia es atractiva. Las alianzas, la ambición, la corrupción, la conspiración, la traición, el poder... pero aquí hay demasiado peso de tramas personales, de infidelidades, de sexo. Creo que han querido hacer una serie para todos los públicos y para enganchar a los fieles de sus ficciones. Pero es que esto no es ni "Gran Hotel" ni "Velvet". Ya está bien de querer llegar a todos. Nos encontramos en una realidad con abundancia de contenidos a los que acceder y entre los cuáles cada espectador elige aquello que prefiere. Se deben lanzar ficciones más centradas en targets específicos. Ha funcionado con "Vis a Vis", ¿por qué no se han arriesgado con esta? No pueden prometer un "House of cards" a la española y ofrecer esta telenovela.
Además he visto un capítulo piloto muy pausado que no ha conseguido ni despegar ni enganchar hasta el tramo final. Le falta ritmo, una música más envolvente y una ambientación mucho más real. En "La embajada" plantean una ciudad de Bangkok que es muy poco creíble. Tenían en sus manos una apuesta bastante ambiciosa y un escenario como este podría haber dotado a la serie de una gran calidad visual. Pero han preferido ahorrar costes y grabar todo en un Madrid en el que no hay quien se crea los escenarios y en los que el chroma se nota más que la peluca innecesaria que le han puesto a Amaia Salamanca en la serie. Que no es que los efectos no estén conseguidos, que lo estaban. Es que aquí cantan y distraen demasiado, en el montaje chocaban unos planos con otros, el tratamiento de color era muy mejorable y con el extraño juego de la fotografía se rompía la armonía. Por cierto, no entiendo a santo de qué han puesto unas barras negras que dejan un plano horroroso. O las pones bien o no las pongas. Y si ya te lanzas a poner algo, quizá, y sólo quizá, debas introducir subtítulos cuando hablen en tailandés. ¿No crees?
Y luego tenemos el elenco de actores, que es de primer nivel pero del que ya he acabado harto por ser repetitivo. Cuando tuvo lugar el boom de la ficción española agradecía el reutilizar a los actores para llamar la atención del público. Pero es que yo creo que ya pasa de castaño oscuro. Ya ni da tiempo a olvidarse de sus anteriores personajes y eso hace que no les creamos en sus nuevas facetas por muy buenos que sean los actores. Bambú ha arriesgado en esto de volver a contratar a sus hijos pródigos pero creo que aquí no han acertado.
Los actores de "La embajada" están tan explotados que muchos de ellos ya han coincidido incluso en dos series. Ursula Corberó y Maxi Iglesias se han reencontrado después de "Física o química". Él ya estuvo junto a Raúl Arévalo y Amaia Salamanca en "Velvet". Amaia trabajó junto a Megan Montaner y Pedro Alonso en "Gran Hotel". El personaje de Pedro Alonso fue uno de los posibles asesinos en la primera temporada de "Bajo Sospecha", en la que estuvo junto a Melanie Olivares y Alicia Borrachero, que hace años protagonizó "Periodistas" junto a Belén Rueda. No sé si hay más culebrón en la serie o en la vida real de los actores. Es por eso que han destacado y me han gustado tanto las caras nuevas: Abel Folk y Chino Darín, los dos muy sorprendentes en el primer capítulo.
Y vuelvo a referirme a "Vis a Vis" como ejemplo de que se puede hacer una serie muy potente con actores prácticamente desconocidos por el público. Se debe apostar por ello y no sobrecargar de actores reconocidísimos. Habrá que ver como sigue avanzando la serie y le daré la oportunidad. Pero espero que se vayan olvidando un poco de esa idea de enganchar desde las premisas del culebrón prototípico y que se centren un poco más en la trama política, que se supone que es de lo que va.