martes, 14 de abril de 2015

Desenlace de "Bajo Sospecha"

Anoche "Bajo Sospecha" llegó a su final con la resolución del caso de desaparición de la pequeña Alicia Vega. El capítulo final anotó un 20,4% de cuota de pantalla y 3.748.000 espectadores. La serie se ha despedido de la parrilla de Antena 3 con una media de 19,7% y 3.750.000 espectadores, grandes datos teniendo en cuenta la fuerte competencia que ha tenido en este primera temporada. A continuación, repaso lo ocurrido en el último capítulo, por lo que la entrada está llena de SPOILERS.

En el episodio final, Laura (Blanca Romero) y Víctor (Yon González) consiguieron resolver el caso que les llevó a infiltrarse en el pueblo de Cienfuegos. Los asesinatos de Alicia Vega y su prima Nuria han puesto en tela de juicio la inocencia de todos los miembros de la familia y los guionistas nos han tenido en vilo hasta los últimos minutos.

La reconstrucción de los hechos comienza cuando Laura descubre una de las claves en el libro de Pablo Vega, hermano de Alicia y primo de Nuria. El libro "Tres tristes tigres" le dio la idea al trío de niños para empezar un juego que acabó en tragedia. Los tres conocía la relación de Víctor y Begoña, y su idea de escaparse juntos después de la comunión de Alicia y Pablo. Los tres niños elaboraron un plan para llamar la atención del padre y que no huyera con su amante.


El día de la comunión, Alicia no fue ni secuestrada ni raptada, sino que los tres niños idearon un plan para que la pequeña se escondiese durante unas horas. Así, Alicia se refugió primero en la caseta del perro, mientras que Pablo y Nuria iban poniendo pistas falsas para ir alejando a la familia y policías del lugar. Cuando vio la oportunidad, Alicia cambió de escondite a la casa de Amalia, de la que tuvo que escapar ya que su tía la utilizaba de picadero. La pequeña acabó yendo a la cabaña del bosque. Harta ya de estar escondida y pasar el tiempo sola, la niña suplicó a su hermano que la dejara volver a casa. Este no iba a dejar que su hermana estropeara todo el plan, así que la encerró en la cabaña. Alicia logra escapar cuando su tío entra en la cabaña para busca la droga que escondía allí. Cuando la pequeña vuelve andando por la carretera a casa es atropellada por Bosco, quien intenta curarla pero que finalmente la abandona en el bosque. Un rato después la encuentra Laura, pero ya es tarde y la niña acaba falleciendo en el hospital.

Cuando la policía estaba decidida a interrogar a su prima Nuria, quien parecía saberlo todo, la niña desaparece. Anoche se conoció como Pablo, tras ayudarla a escapar del colegio y esconderse en la cabaña, discute con Nuria y en un intento por retenerla la golpea con una linterna, cayendo al suelo y muriendo tras el golpe. Cuando Pablo se limpia la sangre en casa, es pillado por su madre Carmen, que a su vez pide ayuda a su hermano para esconder el cadáver. Carmen se inculpa por la muerte de Nuria, pero sin saber nada del plan por el que su hija Alicia acabó muerta.

Tenía bastante claro desde hace unas semanas que el culpable sería uno de los hijos de Carmen y por lo tanto hermano/a de Alicia y primo/a de Nuria. ¿Por qué? Porque solo por encubrir a un hijo puede comerse una madre el marrón de admitir haber cometido un asesinato. Ya el penúltimo capítulo estaba muy centrado en dar a entender eso. No olvidemos como Carmen contó al oído a su marido Roberto algo que hizo que él moviera cielo y tierra por ocultar la linterna y tener protegidos a sus hijos. El final del capítulo anterior y principio de este último situaba como sospechosa a su hija Emi, pero era demasiado pronto para resolver el caso. Por lo que ya tenía claro que Pablo Vega era el responsable.

Pero aún haciéndome a la idea de quien era el culpable, me ha sorprendido muy gratamente como han hilado todas y cada una de las tramas (droga, encuentros íntimos, infidelidades, chantajes...) en un juego de niños de los más inocente que lleva a un desenlace nefasto. Anoche todo encajaba en una reconstrucción que alternaba imágenes de los sucedido con las declaraciones del pequeño Pablo Vega. Esto fue lo que más me sorprendió. No la identidad del culpable, sino el desarrollo de la desaparición y posteriores asesinatos. Los miembros de la familia nos había dado razones de sobra para pensar que todo se podía trata de una trama de pederastia o de un perturbado mental. La gigantesca conspiración que se había desarrollado en siete capítulos fue resultado de la casualidad.

Toda esta reconstrucción fue absolutamente magistral. La realización fue bestial. Los escenarios, la música, las imágenes. Todo pura emoción. Las interpretaciones de los protagonistas tampoco quedaron atrás, y vuelvo a destacar la de Alicia Borrachero junto a la de los tres pequeños que nos tenían engañados a todos con su inocencia. Todo me provocó escalofríos, me generó tensión y consiguió que volviese a situar la serie en alta posición.

Pero no todo va a ser bueno. Hay cosas que me chocaron como que nos mostrasen la reconstrucción de los hechos de la parte de Bosco, cuando no había nadie que lo supiera, o que no encontraran huellas de los niños en ninguna de las cosas que tocaron, como el vestido, la diadema o la comida. Tampoco entendí la muerte de la profesora al principio del caso o porque metieron la trama del marido de Laura si nunca tuvieron pensado desarrollarla. Y otra cosa que no perdono es su minuto final. ¿Por qué tenían que caer en la españolada haciendo que sus protagonistas se liasen en los últimos segundos? De verdad, no era necesario. 


En general, me ha parecido buena serie en las que destacó su comienzo y su final. La primera mitad de temporada fue demasiado rápido y se profundizó poco en la relación de los personajes. La segunda mitad de temporada fue mejor, frenando la trama policíaca. En resumen, me ha gustado el trasfondo trágico de la serie, pero no la forma en la que se ha desarrollado. El final ha sido lo mejor y gracias que no ha sido ni un sueño de Resines ni una isla que simula el limbo.

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