Si no lo digo reviento. Me parece una vergüenza que “La isla mínima” haya ganado
10 Premios Goya. Estoy de acuerdo en que sus protagonistas lo bordan, aunque no
todos, y que la producción y dirección es buena. ¿Pero ganarlo a mejor guion
original?
Una
comedia debe hacernos reír, una película terrorífica que pasemos miedo, un
drama debe provocarnos el llanto y un thriller, como es el caso, debe
despertarnos la intriga y la tensión por conocer al responsable del hecho
criminal que se narre. Expertos varios del cine y críticos de renombre siguen
sin saber quien es el asesino de la película. Yo también sigo sin saberlo. Si
una historia se centra en los actos de un asesino y en descubrirlo, y el
público sigue sin conocer o sin tener clara la identidad del asesino, significa
que la historia falla estrepitosamente. ¿Y premian a un guion que cuenta una
historia que fracasa en lo esencial? De verdad que no lo entiendo.
Y
luego tenemos a “Ocho apellidos vascos”.
Una cinta que cerró el pasado año con casi diez millones de espectadores
y cerca de 60 millones de euros recaudados, lo que le ha convertido en la
película española más vista de la historia. ¿Y
cuál es la razón del éxito? Que hizo reír a todos esos espectadores y
cumplió con su objetivo como comedia que es. Un GUION que hizo reír y pasar un
buen rato a todas esas personas no ha recibido ninguna nominación por ello. Y
el cine, queridos académicos, se hace para la gente y no para vosotros. Y la
GENTE ha situado a la película donde está. Con eso lo digo todo.
No
solo me parece una vergüenza esos premios a “La isla mínima” sino también un
insulto a todos aquellos que se han gastado su dinero en una entrada bastante
cara de cine para ver “Ocho apellidos vascos”. La primera, un guion que no
consigue lo que se propone, y la segunda, un guion que si lo hace. Pero
premian a la primera y ni nominan a la segunda. Por lo menos me quedo con buen
sabor de boca por los Goya a Carmen Machi, Karra Elejalde y Dani Rovira,
cómicos que bordaron su papel y nos hicieron reír en estos momentos que el país
tanto lo necesita.
PD:
Reivindico también el Goya al asesino de “La isla mínima”, que lo hizo tan bien
que seguimos sin saber quien es.
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