domingo, 8 de febrero de 2015

Premios Goya

Si no lo digo reviento. Me parece una vergüenza que “La isla mínima” haya ganado 10 Premios Goya. Estoy de acuerdo en que sus protagonistas lo bordan, aunque no todos, y que la producción y dirección es buena. ¿Pero ganarlo a mejor guion original?

Una comedia debe hacernos reír, una película terrorífica que pasemos miedo, un drama debe provocarnos el llanto y un thriller, como es el caso, debe despertarnos la intriga y la tensión por conocer al responsable del hecho criminal que se narre. Expertos varios del cine y críticos de renombre siguen sin saber quien es el asesino de la película. Yo también sigo sin saberlo. Si una historia se centra en los actos de un asesino y en descubrirlo, y el público sigue sin conocer o sin tener clara la identidad del asesino, significa que la historia falla estrepitosamente. ¿Y premian a un guion que cuenta una historia que fracasa en lo esencial? De verdad que no lo entiendo.

Y luego tenemos a “Ocho apellidos vascos”.  Una cinta que cerró el pasado año con casi diez millones de espectadores y cerca de 60 millones de euros recaudados, lo que le ha convertido en la película española más vista de la historia. ¿Y  cuál es la razón del éxito? Que hizo reír a todos esos espectadores y cumplió con su objetivo como comedia que es. Un GUION que hizo reír y pasar un buen rato a todas esas personas no ha recibido ninguna nominación por ello. Y el cine, queridos académicos, se hace para la gente y no para vosotros. Y la GENTE ha situado a la película donde está. Con eso lo digo todo.

No solo me parece una vergüenza esos premios a “La isla mínima” sino también un insulto a todos aquellos que se han gastado su dinero en una entrada bastante cara de cine para ver “Ocho apellidos vascos”. La primera, un guion que no consigue lo que se propone, y la segunda, un guion que si lo hace. Pero premian a la primera y ni nominan a la segunda. Por lo menos me quedo con buen sabor de boca por los Goya a Carmen Machi, Karra Elejalde y Dani Rovira, cómicos que bordaron su papel y nos hicieron reír en estos momentos que el país tanto lo necesita.


PD: Reivindico también el Goya al asesino de “La isla mínima”, que lo hizo tan bien que seguimos sin saber quien es.

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