Sobrecogedor. Violento. Sangriento. Perturbador. Doloroso. Lacrimógeno. Así ha sido el esperado estreno de la séptima temporada de "The Walking Dead". Después de meses de teorías y especulaciones tras el mayor cliffhanger televisivo de los últimos tiempos, Negan y su sádico bate Lucille han mostrado al grupo de lo que son capaces. El nuevo villano de la serie ha sido, sin ninguna duda, el protagonista del capítulo más gore que se ha emitido en televisión hasta la fecha.
La trama se retomaba con un salto temporal y los espectadores descubríamos 10 minutos más tarde la primera víctima de Negan: Abraham. Su muerte, repleta de sangre, era ya esperada. En la pasada temporada, otro personaje corrió la misma suerte que él en el cómic, por lo que no era descabellado pensar que se habían reservado su muerte para este momento. De todas formas, su elección en base a la conocida canción infantil nos ha puesto a todos los pelos de punta y ha valido para mostrar lo despiadado y cruel que es el personaje de Negan.
Gracias a esa víctima poco impactante, la siguiente ha pillado por sorpresa a la mayoría del público. Tras un acto de rebeldía por parte de Daryl, Negan agarraba de nuevo su bate con fuerza y golpeaba la cabeza de uno de los personaje más queridos de la serie: Glenn. Entre lágrimas y con una breve despedida a Maggie, Glenn caía de cara al suelo para ser brutalmente golpeado por Lucille. Es cierto que quienes conocemos la trama de los cómics, sabíamos que Glenn era el elegido, pero teníamos un mínimo de esperanza pensando que los guionistas de la ficción no serían tan fieles.
Pero a Negan no le bastaban un par de muertes para demostrar su lado más sádico y acto seguido se dispuso a torturar psicológicamente a Rick, primero haciendo que recuperara un hacha entre una gran horda de zombies y más tarde obligándole a cortar el brazo a su hijo Carl bajo amenaza de ver morir al resto de sus compañeros en caso de no hacerlo. Al final todo quedó en otro juego de Negan, que dejó marchar a los protagonistas a cambio de convertirse en sus nuevos proveedores.
Parece que "The Walking Dead" ha vuelto a nacer. La serie ha regresado con secuencias desgarradoras, violentas y de gran carga emocional; así como con un cambio de roles: Rick ya no es el líder. La decadencia del grupo está más próxima que nunca ahora que Negan ha entrado en escena. Jeffrey Dean Morgan ha estado sublime en su interpretación del villano. Ningún seguidor de la ficción ha quedado indiferente ante este regreso que ha conseguido mantenerme en tensión desde el primer segundo hasta el final.
No hay comentarios:
Publicar un comentario