martes, 17 de mayo de 2016

Vis a vis: Superándose a si misma (Mitad 2ª temporada)

"Vis a vis" continúa siendo un referente de calidad en la ficción española y cada día se supera a si misma. A pesar del bajonazo que ha pegado en audiencia esta segunda temporada, la serie no para de subir de nivel, sorprendiendo al espectador con sus tramas, montaje, banda sonora y actuaciones del elenco. 


Esta primera mitad de temporada se ha construido en base a tres tramas principales: la fuga de las presas con las consecuencias que ha tenido para las implicadas; las nuevas condiciones dentro de prisión con las consecuentes quejas y sentadas por parte de las presas; y la venganza de la familia de El egipcio contra la familia Ferreiro. La primera de ellas se resolvió muy pronto y de hecho considero que se podía haber alargado un par de capítulos más. Pero si algo ha supuesto la fuga es el hecho de que Macarena está ya lejos de salir de la cárcel. 

Desde el comienzo de la serie hemos sido testigos de no sólo la evolución de Macarena sino también del derrumbamiento de su familia. Los Ferreiro quisieron hacerse con el botín detrás del que iban la también encarcelada Zulema (maravillosa Najwa Nimri) y El Egipcio, y tras toda una temporada, Leopoldo puso fin a la vida del terrorista. Pero ahí no quedó la cosa. El Sirio apareció para vengar la muerte de su sobrino. La midseason ha servido para poner punto y final a esta trama, que no ha podido acabar de una manera más realista: con la muerte de Encarna y Leopoldo Ferreiro.


El séptimo capítulo ha sido brutal, de principio a fin. Comenzaba con una trepidante carrera en coche como adelanto de que algo trágico iba a suceder. Después, retrocedía 14 horas para mostrarnos lo ocurrido para llegar a ese momento. A lo largo de todo el capítulo se recurre a los saltos temporales a través de flashes rápidos, como los del discurso del Leopoldo en el funeral de Encarna o Macarena con armas frente al helicóptero, y con ellos se crea la tensión necesaria para mantenerte en vilo hasta el final. De esta forma, la serie demuestra que no piensa en todo el público. Que se dirige a espectadores con un gusto exquisito por la forma, por la ruptura, por las historias no mascadas, por la complejidad, por el riesgo.

La ficción ha sido valiente y ha despedido al personaje interpretado por el gran Carlos Hipólito para que la serie pueda seguir adelante y no se estanque. Macarena ha recibido un nuevo golpe y me atrevería a decir que ya no queda nada de la inocente mujer que conocimos al principio de la serie. Desconozco en qué trama meterán ahora al hermano, lo que si sabemos es la línea argumental por la que va a seguir la serie. Helena y Susana, las nuevas presas, van a tener más protagonismo para introducirnos de lleno en la trama de la joven secuestrada. La policía infiltrada va a llevar un doble juego con Susana para descubrir su paradero, mientras Zulema va a tener un acercamiento a ambas.


En cuanto al resto de presas, ya hemos visto como se manifestaban por las malas condiciones en las que han acabado viviendo en Cruz del Sur después de los últimos acontecimientos. Con la sentada hemos podido ver cómo la serie se ha vuelto más coral, con pequeñas tramas para Anabel, Bambi, Sole y Teresa e incluso para los trabajadores de la prisión Miranda, Sandoval y Valbuena, que cada día me gustan más. Veremos hasta cuando siguen con la mano dura y si Rizos vuelve a estar bien con Macarena después de su affaire con Saray, la que por cierto está sembrada esta temporada en sus escenas, sobre todo en aquella en la que es violada por Sandoval. 

No tengo más que palabras positivas para "Vis a vis". Amo sus tramas duras y difíciles de ver, su naturalidad en el trato de la bisexualidad, su honestidad y respeto a la audiencia, su ruptura con las reglas establecidas, su carácter transgresor, su sublime montaje, su fotografía, su música, su evolución en personajes... La Marea Amarilla exigimos una tercera temporada para la serie. La merece.


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