Pese a quien le pese, "Gran Hermano" sigue triunfando. No hace falta ni que haga un breve resumen del formato, pues no hay persona que no sepa de lo que hablo. Hay quienes dirán que el programa no tiene la misma audiencia que antes; estos mismos parecen desconocer la gran fragmentación de canales y su correspondiente consecuencia en la audiencia. Y hay otros que siempre argumentan lo mismo: "si no pasa nada, siempre es igual, no sé que le ves...". Serán ellos los que nunca le hayan dado la oportunidad al formato, porque pasar, pasa de todo. De hecho, es el programa más atrevido e innovador de la televisión.
Porque los datos de share no serán los mismos que al comienzo de la historia del reality, pero 16 ediciones después, sin contar las VIP y los reencuentros, "Gran Hermano" sigue siendo todo un fenómeno televisivo que ahora ha llegado a convertirse también en un fenómeno internauta. Las millones de descargas de la app, los más de cien mil comentarios en redes sociales en cada gala y los TT mundiales alcanzados tras cada emisión lo dicen bien claro: GH está más vivo que nunca. Y lo está ahora en su decimosexta edición, que está siendo tan exitosa que se emiten hasta tres galas semanales, ahí es nada.
Los encargados del programa saben que todo ese arsenal de seguidores no se mantiene si no se les da de comer. Quiero decir, necesitan ver cosas nuevas y ver que el reality evoluciona y no se queda estancado. Quisieron arriesgar recuperando "GH VIP" el pasado año, y 10 años después de su última edición, el reality se convirtió en uno de los programas más visto del año. Las tramas de grandes personajes como Belén Esteban, Victor Sandoval, Ylenia y Ares Teixidó sumado a las novedades en las pruebas (recordamos la grandiosa caja del miedo) y en la mecánica (con el juicio final y el visionado de videos por parte de los concursantes antes de salir de la casa) hicieron que el programa arrasase y fuese premiado por ser el mejor programa de entretenimiento de 2015, por haber sido un fenómeno mediático y social.
Y con "Gran Hermano 16" lo han querido volver a hacer introduciendo el juego de los secretos, las mentiras e incertidumbres, el juego de inmunidad, el mostrar los porcentajes de expulsión a los concursantes, la posibilidad de convertirse en finalista meses antes de la final, recuperando el intercambio con otro país y la maravillosa repesca... Todo para que unos concursantes que entran resabiados y que no se dejan llevar como los primeros, sean sorprendidos y parezcan novatos. Todo vale para descolocarles, pillarles por sorpresa y dejarles helados. La última gala es el mejor ejemplo, dando a entender a una concursante que estaba salvada en la sala de expulsión para después expulsarla de sorpresa en el salón delante de todos sus compañeros a los que les llegó la mandíbula al suelo. Zas. Y también hay quienes piensan que todo fue demasiado cruel. No, no lo fue. Los concursantes saben que entran a un juego y vamos a jugar con ellos. Quien no esté dispuesto a entrar en él, que no entre. Dicho esto, la concursante en cuestión lo aceptó de muy buenas maneras.
Sintiéndolo por sus detractores, "Gran Hermano" sigue reinando en el mundo de la televisión. Al igual que su carismática presentadora Mercedes Milá, que sigue igual de incontrolable y apasionada. El reality seguirá reinventándose día a día para hacerlo imprevisible y así sorprender tanto a los espectadores como a los concursantes. Y basta de desprestigiarlo, que si después de tanto sigue en lo alto, será por algo.